martes, 17 de marzo de 2015

En La Agenda Del Emprendedor


Cómo está impactando el fenómeno delictivo y la creciente violencia criminal al mundo de los negocios, los ámbitos de la iniciativa privada y cuáles son las propuestas claves. 



lunes, 14 de marzo de 2011

¿De qué se mueren los mexicanos?


Entrevista de Fabiola Guarneros, Subdirectora Editorial de Excélsior.

lunes, 27 de septiembre de 2010

México: Polémica editorial de "El Diario" de Ciudad Juárez

Escuche el comentario para Notisistema sobre el Diario de Juárez que pidió una a la delincuencia organizada. http://www.notisistema.com/comentario203.html

jueves, 11 de diciembre de 2008

¿Qué son las encuestas sobre victimización?

Encuentros y Desencuentros. La agenda de la seguridad.
Jueves 4 de diciembre de 2008.

El día de hoy el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad (ICESI) presentó los resultados de su 5a Encuesta Nacional sobre Inseguridad que no es otra cosa sino una encuesta de victimización, además por primera ocasión dio a conocer también "EL TERMOMETRO DEL DELITO" que ofrece por fin un verdadero Índice de Inseguridad en México, con el cual se pueden evaluar con datos duros el desempeño de cada una de las entidades federativas del país.

A pesar de que su uso es muy extendido en varios países y de que la Organización de las Naciones Unidas las considera una obligación y una necesidad de los países realizar este tipo de estudios, en México sigue habiendo un gran desconocimiento de ellas, y lleva a algunas autoridades a descalificarlas por simple ignorancia. Las encuestas sobre victimización fueron desarrolladas a finales de los sesenta del siglo pasado, en los Estados Unidos, en un principio como desarrollo experimental y posteriormente como una encuesta nacional continua desde 1972. Hoy son usadas, en varios países y regiones del mundo como parte habitual de los mecanismos de información delictiva. Este tipo de estudios tienen como característica común la intención de cuantificar el verdadero volumen de los delitos ocurridos y al mismo tiempo, identificar las características sociales, económicas y demográficas de las personas que han sido sus víctimas.

El supuesto básico de las encuestas de victimización es que al entrevistar a la población general acerca de sus experiencias como víctimas de un delito —en lugar de confiar en los reportes de las autoridades— se obtiene información previamente inaccesible, lo que permite planear el combate a la delincuencia sobre bases más sólidas. La técnica de la encuesta de victimización consiste preguntar a grandes segmentos de población en su hogar, nacionalmente o de un área determinada, con preguntas acerca de los delitos de los cuales han sido víctimas en un determinado periodo de tiempo —generalmente seis meses o un año. La información recopilada es sobre los delitos en contra de las personas o sus propiedades que ha sido cometidos (el lugar y la hora del incidente; el daño ocasionado, y si este fue reportado o no a las autoridades); y sobre las víctimas (su edad, sexo, situación socioeconómica, y sus actitudes y conductas respecto al hecho delictivo). Las encuestas de victimización van más allá de contabilizar los delitos no registrados oficialmente para preguntar sobre las percepciones y reacciones de la gente ante el delito. Al hacer esto las encuestas proporcionan bases para el desarrollo de nuevos marcos teóricos organizados alrededor de preguntas acerca de los atributos de las víctimas, las actitudes sociales frente al delito, y los efectos del delito en la comunidad. Dos áreas en particular han llamado la atención de autoridades e investigadores: el miedo al delito y el impacto del delito sobre las víctimas.

Si no se actúa sobre el miedo al delito entre los ciudadanos, a la par que sobre la criminalidad, se puede generar una espiral aún más aguda de desconfianza en la autoridad y por consiguiente una inhibición del ciudadano para participar en los procesos de procuración y administración de justicia (ya sea como denunciante o como testigo). En otras palabras, la única manera de reducir el miedo al delito es demostrar al ciudadano, en la calle o en su casa y no en las estadísticas oficiales, que el número de delitos es cada día menor. El paso obligado para lograr una reducción en los índices delictivos es partiendo de un diagnóstico certero, y esto se logra aplicando instrumentos científicos, como las encuestas de victimización.

Mas información en:

http://victimasyvictimologia.blogspot.com/

viernes, 28 de noviembre de 2008

El cumplimiento del plazo de los 100 días

Encuentros y Desencuentros. La agenda de la seguridad.
Jueves 27 de noviembre de 2008.

Está a punto de cumplirse el plazo de 100 días que se dieron a sí mismos los firmantes del Acuerdo por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad (el pasado 21 de agosto). De los compromisos ahí establecidos, aunque se intentará decir que han sido parcialmente cumplidos, lo cierto es que poco importa. Lo comentamos en su momento, que esos “compromisos” no eran tales, en el mejor de los casos se quedarán como lo que son buenas intenciones y un pretexto para erogar recursos. Los 4 indicadores mínimos que debieron haberse fijado mas allá de 74 lugares comúnes son: 1) Un aumento en la percepción de la seguridad, empíricamente verificable, y la reducción de estos indicadores básicos: 2) La reducción de los delitos registrados (cifra oficial), monitoreado por ciudadanos; 3) La prevalencia en la victimización (total de víctimas) y la incidencia en la victimización (total de delitos), así como su correspondencia cifra negra o cifra oculta, es decir los delitos no denunciados, y por último 4) La disminución en la prevalencia en el consumo de drogas.

Si esto lo quieren hacer modificando leyes, poniendo cámaras de circuito cerrado de televisión, creando nuevas policías, haciendo controles de confianza, no es relevante, lo relevante es que den resultados. Para ello se necesita partir de diagnósticos científicos serios, avalados por la técnica y por organismos internacionales. Con esta línea base se puede empezar a corregir el rumbo, existen algunas voces desesperadas y otras demagógicas que dicen que basta de estudios. Lo cierto es que en México no existe información estadística, de inteligencia y operativa, amén de funcionarios incompetentes pero leales al funcionario en turno, o corruptos, lo cuál explica que ante la ola de violencia el Estado Mexicano se haya paralizado.

El Presidente Calderón está a punto de cumplir se segundo año al frente del Poder Ejecutivo, aún está a tiempo de cambiar la estrategia de seguridad. No sólo es en Chihuahua donde la gente exige cambiarla, sino en el resto del país. Por otro los gobiernos estatales, responsables de la gran mayoría de delitos que ocurren en México, más del 95%, no pueden seguir con la política de la avestruz, escondiéndose y sólo salir a la luz para exigir recursos que aplican de forma irracional y nada transparente. La sociedad por su parte, esa que se dice organizada, y que cada día multiplica sus membretes, bien harían en poner un ejemplo a sus autoridades, dejarse de protagonismos e intereses mezquinos y avanzar hacia una política de Estado. Me gustaría reiterar que la solución a la ausencia de seguridad pública, no es un asunto necesariamente de dinero o de leyes, a esas soluciones le hemos apostado todo nuestro capital y hemos fracasado. La solución apunta a la voluntad política, a la responsabilidad ética y al conocimiento científico, aún la retórica de la participación ciudadana sin éste factor, no es sino un elemento decorativo y demagógico, que sólo sirve para hacerle gordo el caldo a las autoridades.